“El crédulo está dispuesto siempre a tragarse lo inverosímil, lo raro, lo chocante… o lo que le resulta más conveniente para halagar su vanidad o conservar sus privilegios. Los crédulos prefieren en todo caso aceptar lo maravilloso o lo truculento a lo que exige un esfuerzo de comprobación y confirma aspectos poco vistosos de la realidad”.
Esta es una de las múltiples citas que se pueden encontrar en esta buena obra de Fernando Savater, en un libro que con una dosis de claridad analiza la creencia en la inmortalidad. Base de toda religión. He aprovechado un momento de descanso en mis viajes para añadir este comentario así como mi recomendación a la lectura de esta obra. Compañera de viajes y que en este último he finiquitado, hay otra cita que resalto y que Savater escribe de Borges:
“Del otro lado de la puerta un hombre
deja caer su corrupción. En vano
elevará esta noche una plegaria
a su curioso dios, que es tres, dos, uno,
y se dirá que es inmortal. Ahora
oye la profecía de su muerte
y sabe que es un animal sentado.
Eres, hermano, ese hombre. Agradezcamos
los vermes y el olvido”.
Sobre la vida, el nacimiento y la finitud humana, Savater comenta en este libro, “nacemos por azar pero seguimos vivos de chiripa y siempre con notable despliegue de esfuerzo por nuestra parte”. Ante la realidad de nuestro ser, “lo que el niño sabe conscientemente y el adulto inconscientemente es que no somos nada sino cuerpo”, cita que toma de Norman O. Brown.
Una obra altamente recomendable que me ha dado momentos de meditación, desconexión con el trabajo diario, el estrés y un frescor sin igual. Se deja leer bien, lenguaje claro, buenas citas y abundantes. Un tema “vital” para el sel humano; la finitud ¿vida tras la vida?, inmortalidad y religión. Termino mi comentario con otra cita de William Butler Yeats, sacada de este buen libro:
“Ni temor ni esperanza dan auxilio
al animal que muere;
un hombre aguarda su final
con temor y esperanza;
muchas veces murió,
muchas resucitó.
Un hombre en su esplendor,
al dar con asesinos
se toma con desdén
el cambio de aliento.
Sabe de muerte hasta los huesos,
el hombre creó la muerte”.
Resumiendo con esta última cita de Savater, “el hombre no cree en la inmortalidad porque cree en Dios, sino que cree en Dios porque cree en la inmortalidad”. (La vida eterna, pag. 69)
Jean Pierre Dubarri (4-7-2007)
6 comentarios
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"El funcionamiento de la democracia depende en buena medida del respeto a las reglas, pero también de que los partidos e instituciones que gestionan la política y representan o administran a la ciudadanía estén sometidos a normas exigentes de funcionamiento democrático interno. Es un contrasentido esperar que partidos autoritarios y burocratizados, que no respetan la menor pluralidad de corrientes en su seno o que se financian por medios turbios, actúen de otro modo cuando están en las instituciones. Por el contrario, la experiencia demuestra que una vez en el poder tienden a transmitir al Estado y a la sociedad sus propios vicios e irregularidades. Los escándalos de corrupción o de mala gestión de recursos públicos no son, muchas veces, sino la consecuencia de la extensión de malas prácticas corrientes e impunes en el interior de los partidos políticos y de las instituciones que controlan."
Carlos Menéndez
http://www.creditomagazine.es